Nos vemos pronto, dijo él con cierta liviandad, y ella ilusionada trataba de imaginar su cara, cuando él las escribía.
Después de varios días, ella salió de ésa nube esponjosa de amor rebosante de felicidad; excesivamente empalagosa y cursi; y de aquella nube de amor sólo quedaron algunos rastros de aquél encuentro en su casa, después de 15 años sin verse. Dos copas de vino, un par de pitadas a un porro, recuerdos de cómo se conocieron, risas, más vino, música..... Continuar leyendo